jueves, 2 de diciembre de 2010

Valga para quien valga

Sumergirme.

Pertenecer al cuerpo del mar.

Ser Agua.

Ser Tiempo.

A veces simplemente Ser.

A veces Intuir.

A veces ver el cielo, tocar los sueños en la penumbra.

Tocar el mar soñando, sólo a veces.

Tocar el mar despierto.

Si sueño soy agua, soy aire, soy deseo.

Si despierto soy pasión, soy espera, soy ansia, soy vida.

Doce horas del lado del día, de la luz, de la mitad del camino hacia el mar, hacia el cielo, hacia la lucha, con tu amor sujetándome cada segundo sobre jaretas de espuma que mecen suspiros en dulces canciones de amor, escribiendo sobre el infinito cada nueva página en un acople perfecto de danza de vida.

Del otro lado doce canciones sin palabras, doce horas de silencios.

Es en ese lado, cuando no estás, puedo permitirme soñar sin ser consciente, puedo permitirme cualquier cosa, puedo acariciarte, tenerte, amarte hasta la locura y perderme en tu cuerpo anhelante, ardiente de deseos, roto en convulsiones de éxtasis.

Sumergirme.

Pertenecer a tu cuerpo.

Ser tú

Ser infinito.

A veces sólo ser.

Otras fundirnos

Tocar el cielo en un único suspiro, manos eternas, cuerpos unidos, labios rendidos.

Susurros de voz en palabras, delirios en fiebre de un único cuerpo.

Valga para los insomnes y para los insignes.

Valga para los humildes y los despiadados.

Valga para los tiernos y los rencorosos.

Valga para los que no saben.

Valga, en fin… para quien valga.

Y si no es entendible para alguien, no importa, simplemente soy yo en ti y así, me valgo.

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