viernes, 31 de diciembre de 2010

Recomenzar

Termina el año con doce campanadas y caen las hojas del calendario en símil de otoños de papel.Huellas de trabajo, secuelas de llantos, músicas de risas, imágenes de gentes que estaban y estarán siempre, de otras que llegaron como castillos de fuegos de artificio llenos de color y ruido y como ellos, se apagaron perecederos dejando leves girones a limpiar para dejar pulcra la senda. Gentes que llegaron y se quedaron, con el corazón claro y lleno de ternura. Gentes anodinas cuya presencia no deja huella.Gentes a la que quisieras atesorar pero la vida y los acasos te impiden hacer parada en su corazón.Gentes que sufrieron y anduviste el dolor con ellos. Gentes que fueron felices y te revolcaste en su alegría.
Seres a los que creíste perdidos y recuperaste; seres que pensaste no perder nunca y se fueron.Gentes que cada día te miran a los ojos y sabes que seguirán caminando a tu lado con el espíritu de la honestidad que solo poseen los justos de corazón.
Y cada año, se renuevan como muescas en una culata, las fechas, los momentos, las imágenes, el olor, las voces, el recuerdo de aquellos que estuvieron o marcharon pero que nunca te abandonan. Y la nueva agenda es más extensa y satisfactoria, una pizca más triste, algo más hermosa… pero mucho, mucho más sólida.
Ya están las páginas nuevas prestas, blancas, limpias, anhelantes, dispuestas a ser preñadas de nuevos suspiros que no retrocederán; que probablemente titubearán inmersos en dudas eternas, pero terminarán siendo firmes y tenaces al final de la travesía.
Mi corazón al SIEMPRE, mi mano al CADA DÍA, mi afecto a la MIRADA SERENA, mi amor a LA TERNURA GENEROSA, mi vida al CORAZÓN CONSTANTE... Mi saludo al PASADO EFÍMERO.
P.D. "Somos lo que hacemos para cambiar lo que fuimos.
E.Galeano

jueves, 2 de diciembre de 2010

Valga para quien valga

Sumergirme.

Pertenecer al cuerpo del mar.

Ser Agua.

Ser Tiempo.

A veces simplemente Ser.

A veces Intuir.

A veces ver el cielo, tocar los sueños en la penumbra.

Tocar el mar soñando, sólo a veces.

Tocar el mar despierto.

Si sueño soy agua, soy aire, soy deseo.

Si despierto soy pasión, soy espera, soy ansia, soy vida.

Doce horas del lado del día, de la luz, de la mitad del camino hacia el mar, hacia el cielo, hacia la lucha, con tu amor sujetándome cada segundo sobre jaretas de espuma que mecen suspiros en dulces canciones de amor, escribiendo sobre el infinito cada nueva página en un acople perfecto de danza de vida.

Del otro lado doce canciones sin palabras, doce horas de silencios.

Es en ese lado, cuando no estás, puedo permitirme soñar sin ser consciente, puedo permitirme cualquier cosa, puedo acariciarte, tenerte, amarte hasta la locura y perderme en tu cuerpo anhelante, ardiente de deseos, roto en convulsiones de éxtasis.

Sumergirme.

Pertenecer a tu cuerpo.

Ser tú

Ser infinito.

A veces sólo ser.

Otras fundirnos

Tocar el cielo en un único suspiro, manos eternas, cuerpos unidos, labios rendidos.

Susurros de voz en palabras, delirios en fiebre de un único cuerpo.

Valga para los insomnes y para los insignes.

Valga para los humildes y los despiadados.

Valga para los tiernos y los rencorosos.

Valga para los que no saben.

Valga, en fin… para quien valga.

Y si no es entendible para alguien, no importa, simplemente soy yo en ti y así, me valgo.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Brindis


Brindo por los años que pasaron.
Por los amores que perdí en el camino, heridas abiertas que sólo el tiempo ha podido restañar. Y por las nuevas que se abrirán y abatirán los sueños en gritos de desamparo y lágrimas de orfandad. Y por la vida que es injusta, y por la muerte compañera que dejará surcos en la arena y poemas por acabar perdidos inevitablemente entre espumas de dolor y mareas de agonía.
Brindo porque sé que la muerte bebe de la vida que el alma repite ensimismada, horas, sueños, caricias, venturas o palabras de amor que no me pertenecen y sin embargo son mías.
Así, ayudadme...

A no mirar el mundo con lejanía ni ahogarme en vuestro recuerdo.
A no ser transparente, pero dejar pasar la luz de vuestra presencia en mi vida.
A ser fuerte para que nada me afecte hasta la desesperación.
A aceptar que todas las horas hieren pero la última mata.
A no sufrir si lo inevitable se afianza en mi derredor.
A ser mejor de lo que he sido.
A no ser débil, en fin, porque… lo he sido.

Brindemos juntos por las horas aún por recorrer que en algún recodo me llevarán a fundirme en vuestra espera y terminar la increíble historia de amor que los avatares de una suerte desgraciada, truncó sin piedad y sin aviso.

A ti, que cada instante me amas sin remedio, que luchas por sujetarme en tus manos, que caminas a mi lado entre tormentas y lluvias de hogueras… te pido que brindes conmigo, ayudándome a ser eterna en tu mirada, en tus manos, en tu cuerpo, en tu hoy, sabiendo que mañana no existe y sólo entre tu piel y tus anhelos podré ser yo el hombre, tú la mujer, conjunción perfecta en la historia de una pasión sin límites escrita con palabras de fuego en el firmamento de los amores eternos.

Brindo por lo venir, con la promesa de ser yo y de que él y tú, los dos… seáis eternos.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Pinceladas

Esta noche larga y fría de ausencias me gustaría poder escribir algo cálido.
Palabras que nombren sentimientos de cariño, de ternura, de agradecimiento. En ocasiones con una mirada o un gesto no hacen falta las palabras, pero en esta larga y fría noche de otoño, con la única compañía de la vela de la calma, encendida entre mis dedos, me doy cuenta de que a veces, no se pueden escribir ciertas cosas… Cómo se escribe un beso o una caricia o la infinita ternura de unos ojos? Alguien sabe hacerlo?.

Pinceladas de miel iluminan mi sueño.

Por los rincones de sombras se anuncia el nuevo día dibujando el arco iris de una sonrisa… mirada que abraza y se sonroja.

Pinceladas de dulzura iluminan mis ojos.

Y me encuentro unas manos que tocan las mías. Noto calor y parece un abrazo, y mientras, como un beso furtivo se enreda en mi pecho dibujando un “te quiero” con humo de sueño.

Pinceladas de colores iluminan mis manos.

A veces, me escondo entre las notas de una canción pero descuidado, vuelvo a caer en sus brazos… en los brazos de ese sueño iluminado de calor, que esta noche larga y fría… quisiera dibujar.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Un pequeño cuento


El caminante paseaba por la vereda, con las manos en los bolsillos, como casi cada noche, porque era el único lugar dónde podía dejar del otro lado… su mundo, su mente y su diario ir de aquí para allá. Junto al río podía escuchar el ruido cambiante del agua, la música que le hacía subir al cielo y volar lejos de la ciudad que acababa de dejar a su espalda… Una piedrecita aquí, una brizna de hierba allí, una sonrisa por un recuerdo allá, un sentimiento por una pena ahí…
Una noche, cuando andaba en “sus cosas” mirando abstraído el discurrir del agua junto a la orilla, algo llamó su atención, algo pequeño, casi diminuto, un ser extraño y asustadizo que tembló al verse descubierto. El caminante con voz suave le hizo entender que no temiera que, como él, también frecuentaba la vereda para sentir en el rostro el relajante chisporroteo de la humedad del amanecer y los acordes del silencio de su alma. Y el ser diminuto, sonrió… y el caminante sonrió… y lo tomó con ternura entre sus manos y le miró; tenía en sus ojos el peso del mundo, en su sonrisa el brillo de la luna, en su mirada, la serenidad de la noche oscura.
Durante mucho tiempo los dos acudieron a ese encuentro y liberaban su corazón, sus deseos, sus alegrías y sus más escondidos anhelos. Sin saber porqué pero sí cómo, las noches se hicieron más dulces, más serenas, más alegres. Había risas, lágrimas, música, palabras… en fin, sentimientos de esos que sólo algunos corazones son capaces de destapar y compartir.
Pero una noche el caminante no acudió a la vereda, ni otra, ni la siguiente… El ser pequeñito regresaba siempre y buscaba las pisadas de su adorable amigo… pero tampoco las encontraba, así que decidió quedarse allí en la seguridad de que antes o después, la ternura tenía que regresar y tomarle de la mano de nuevo… Y esperó y esperó… y confió y confió.
Pasó el tiempo, pasó el frío, pasó la oscuridad y el silencio… Pasó el universo entero… Y una noche el caminante regresó en busca de su pequeña serenidad de noche oscura. La llamó… la buscó… y cuando ya desesperaba de su suerte, vio algo que llamó su atención… Allí sobre un pequeño lecho de hojas secas estaba su pequeño amigo encogido y aterido de soledad. El caminante le cobijó entre sus manos, intentó darle su calor, su ternura, sus palabras, su música… Hasta que en el silencio de la madrugada escuchó el rumor viento que le decía, “Te esperé hasta que mi corazón y mi cuerpo tuvieron fuerzas para mantener mis ojos abiertos. Te esperé hasta que mis manos se quedaron vacías… Te esperé, pero no tuve fuerzas para más… Tal vez… algún día… en algún lugar…”
Una sola lágrima cayó rodando desde la mejilla del caminante sobre el cuerpo frío de su pequeño amigo… una sola lágrima que no sirvió para que sus ojos se volvieran a abrir, para que su sonrisa volviera a brillar… para que su corazón, volviera a latir.
El caminante jamás volvió a pasear por la vereda del río. JR

sábado, 23 de octubre de 2010

Te quiero.


Te quiero.
Te quiero de una manera inexplicable.
De una forma inconfesable, de un modo contradictorio.
El tiempo, la vida, la muerte... qué te voy a contar!
Te quiero.
Con el mundo que no entiendo, con la gente que no comprende.
Con la ambivalencia de mi alma y con la incoherencia de mis actos.
Aun cuando te digo que te quiero, es porque te quiero.
En el fondo debe ser una forma para sentirte más y mejor. Sin reflexionar, inconscientemente, irresponsable e involuntariamente. Por instinto, por impulso irracional.
Te quiero, con un corazón que no razona, con una cabeza que no coordina.
Te quiero incompresiblemente y sin preguntarme por qué te quiero.
Hasta el final de los tiempos y aún más allá de todo vestigio de raciocinio.
Desde el comienzo de la vida y hasta el umbral de tu morada.
Desde el primer llanto hasta la última sonrisa.
Desde tu presencia inquieta hasta el silencio de tus ojos.
Desde el primer anhelo hasta el último deseo.
Te quiero.

Y si un día no puedo decírtelo… búscame entre los suaves vientos del horizonte; entre la espuma de la pequeña ola que llega a la playa, caricia dulce de sal de mar.

Búscame en el envés dorado de las hojas de otoño o en la delgada línea del horizonte de sueños y realidades que entrelaza recuerdos y sensaciones.

Búscame en el amanecer limpio de una playa sin fin o entre los ecos de las sirenas plateadas que llenaban de acordes tus risas.

Búscame en el camino que, inexorable y descarnado sin tu piel, he recorrido desde la cruz de tus manos y la comisura de tus labios, hasta el descuido perfecto de tu ultimo suspiro.

Encuéntrame, porque en ese instante, seré yo quien estará buscando el abrazo firme de tu gesto perfecto, el roce delicado de tu mano en la mejilla, cuando me digas sonriendo y eterno: “Te estaba esperando”.

sábado, 16 de octubre de 2010

Un dia de octubre


Un día más ?
No, un día de octubre cubierto de azules bajo los destellos del sol que se cuela magnífico, arrojando ocres, rosas y violetas entre las sombras alargadas de las ausencias.
Por las calles se muestran las piedras sedientas de agua, hay hojas caídas que temprano desnudaron el árbol, los frutos aroman ansiosos por llegar a la mesa mientras las fachadas alargan su sombra, ocultando remedos de vida.
En el cielo las nubes se cierran y se abrazan augurando la noche.
A veces es sólo eso, una gota de agua, un reflejo, el hilo de una telaraña, una oruga, todo tan diminuto y tan grande que llena el espacio, una imagen en fin que se instala en la mente y transporta a un viaje inenarrable de proporciones increíbles.
Y sólo lo ves tú, sólo tú puedes percibirlo en toda su grandeza.
Una imagen que encierra un mundo, un instante de eternidad.
El ala transparente de un insecto, una hoja arrastrada por el aire, el brillo del cabello bajo la luz del atardecer, las ondas que hace el agua en la superficie... sólo eso.
Un delicioso día de octubre, del que debo abstraerme para empezar a recuperar el resto de mi vida… y regresar.
Regresar al camino abandonado semanas atrás, regresar a la fuerza de los sentimientos pospuestos por quehaceres farragosos e inevitables que crearon este impas de cansancios, y fragilidad, nunca de sentimientos.
Regresar por fin al color y calor de la vida donde las gentes son reales y la piel reacciona con los ojos, los oídos y las manos, en un cúmulo de éxtasis universal del cual vuelvo a formar parte.
Gracias a ti que me has ido acompañando y sujetando (por aquellas cosas de tu cariño) apareciendo en mi vida con sonrisas, poemas de palabras y ternezas que me han mantenido dentro de los cánones de la humanidad y el amor.
Y gracias a quienes, sabiendo de mí, me habéis mantenido entre vuestras manos fuertes y sensibles, para traerme hasta aquí, punto a partir del que vuelvo a ser real, obstinado, fuerte, egoísta, lleno de dudas, generoso, sereno, altivo, afectuoso y lejano, con todos mis defectos y virtudes.
Un beso desde mi ventana que sigue oliendo a mar.
Un beso desde mi corazón que sigue latiendo también este día, por ti.

sábado, 9 de octubre de 2010

Latidos


Soy apasionado e impulsivo. Puedo parecer distante, frío y lejano y necesito constantes retos de todo tipo, para sentirme vivo.
Primero siento y luego intento colocar esos latidos en las cuadrículas correspondientes de la racionalidad y del orden universal, aunque a veces, irremediablemente, dé alguna patada a ese equilibrio en el que suelo vivir, entre pequeñas huídas en las que me deslizo, para desbordarme a borbotones por el arco iris donde se gestan los colores del amor, la espera, el llanto, la ilusión, el dolor, la esperanza, la sonrisa o los errores.
He vivido ese amor, he desesperado en la espera, me he ahogado en llanto, he vibrado con la ilusión, me he quebrado en dolor, he renacido por la esperanza, he aprendido a sonreír ante las miradas ajenas y he cometido errores que seguiré cometiendo porque soy humano y sé que cada vez que me equivoco puedo aprender y rectificar, incluso pedir perdón.

Hace años decidí no tener raíces en ningún lugar y que mi único amparo fuera el mar y el cielo, únicos remansos de mis inquietudes y perfectos espejos de paz y serenidad en los que consigo volar o sumergirme sin miedo a nada.
Sentirme aire y ser suave brisa que acaricie los rostros de los seres que caminan perdidos por sus vidas o ser huracán que arremete contra los altos muros de la arrogancia majestuosa de la perfección; descubrirme ola y bañar suavemente la orilla o quebrarme tumultuoso contra el acantilado de mi propia seguridad.

Ahora mi alma pide tiempo para barnizar de un nuevo brillo mis sensaciones… muchos meses de intenso trabajo, emociones nuevas, proyectos, sueños y derrumbes, gritan implacables golpeando con sus ecos mi espíritu.

Necesito que las mariposas vuelvan a detenerse en mis manos.
Quiero volver a escuchar el canto de las hojas cayendo marchitas, presagio de próximos brotes.
Debo correr por la playa hasta agotarme y después, sentarme humilde y que las caracolas de la luz y el sosiego me devuelvan los cantos de océanos lejanos e historias de amores ancestrales surcando la historia del universo.

Tengo una vida y quiero dejar que me penetre en la piel.

Y a ti, que sé que me lees... Te Quiero.

viernes, 8 de octubre de 2010

Dicen...


Dicen que el insomnio es propio de las épocas de cambios…
Dicen que hay que desear intensamente algo, para conseguirlo…
Dicen que si devuelves bien por mal, al final encontrarás tu recompensa…
Dicen que si recibes una bofetada, debes poner la otra mejilla…
Dicen que el malvado descansa algunas veces, el necio jamás…
Dicen que el silencio es el único amigo que no traiciona…
Dicen que si se cierra una puerta se abre una ventana…
Podría estar escribiendo frases hasta que mis manos se secaran de fuerzas para seguir. Quién no conoce una que le han dicho como si de una panacea se tratara?
El espacio y el tiempo me han enseñado que las frases son eso, sólo eso.
Porque el insomnio llega sin avisar, cuando el alma se encoge y la mente se arremolina.
Porque la duda aparece y horada insistente los arrebatos de los dedos curiosos.
Porque he deseado tan intensamente algunas cosas que deberían ser ya verdaderos axiomas.
Porque no hago mal a nadie y no espero recompensas.
Porque no voy a poner la otra mejilla si me dan una bofetada, y responderé en la medida que me duela y según la envergadura de mi adversario.
Porque el malvado no descansa, y el necio no tiene que esforzarse en serlo al no tener consciencia de su necedad.
Porque el silencio, es dignidad a veces, dejadez otras y siempre la imposibilidad de sentir una mano amiga o un corazón dulce… y la negación de toda posibilidad de que el mundo te escuche.
Porque caminar con la cabeza erguida, el paso firme, la mirada fresca, la sonrisa serena, el alma despierta y la mente clara es lo único que puede mantenernos siendo dueños de nuestra propia y única valía, la fortaleza y la paz que mantiene los pilares de nuestros pasos.
Y por lo que no hago, por lo que construyo, por las caídas, por los caminos recorridos, por las cimas sin expugnar, por las esperas que vendrán y los amores en que sucumbiré… acaricio ávidamente cada suspiro cuando puritana el alba o frívola la sombra, me envuelven inesperadas desde el cabello a las sandalias.
Por ellas permanezco…
Porque si aceptara que has cerrado tu puerta, asumiría que siempre habrá alguien marchándose de mi vida y el adiós se anudaría en cada dicho transformado en eterno, en cada esquina recostado en tus besos; remansos en los que, probablemente, esconderé más tarde otras caricias y otros besos que me traerán de los tuyos, el sabor a dátil y miel.

Nadie escuchará ni beberá el color de mis lágrimas. Nadie verá ni rozará el sabor de mi angustia. Nadie sabrá que se puede morir constantemente respirando el sonido de una ausencia.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Otoño


Hay quien llega a casa por Navidad pero haciendo un repaso de novedades en el calendario, he encontrado que las páginas se han llenado de "salidas y llegadas" para el otoño.
Con las últimas luces del verano ha habido alguna despedida que dolió y sólo la esperanza de que fuera un "volveré" encubierto entre las palabras tristes de adiós, mitigó la pena de la ausencia, eres tú quien se marchó y dejó su sitio vacío de voz , de sentimientos, de paciencia, pasión y humanidad… Ese fuiste tú.
Va por ti que olvidaste las escobas de la alegría, de la esperanza, del afecto y el humor, huérfanas en la prisa de una carrera desenfrenada a la búsqueda de ti mismo y tu dura lucha.
Y eso va también por ti, que ensordeciste el eco de tu risa, de tu ternura y de tu cariño, en los silencios de una marcha sin razones.
Vuestros silencios me llevan a interrogaciones sin límites y aunque sé que estáis ahí, porque os intuyo, quisiera poder decir AQUÍ para tener la oportunidad de mimaros el alma.

Y llegó quien, ocupa su lugar no sin los titubeos de la timidez primeriza que inevitablemente acompaña en los inicios de intensos sentimientos.
Bien llegado, duende de las cosas y de mi alma, porque te necesitaba y volaste hasta mí envuelto en alas de mariposa y prisa de infinitos “Te Quiero”.

Y por supuesto estáis vosotros, los que permanecéis cada cita inasequibles a las tormentas y a los desmayos. Los que hacéis que cada vez que levanto los ojos, mis sentidos se llenen de paz. Aquellos por los que algunas noches dejo todo, excusándome ante anocheceres, cielos, lunas y estrellas para mirar y oír y descansar entre sorpresas, interrogantes, acordes y bienestar.

El otoño está dorando la vida. Vuelve a manchar de nubes el cielo, de verde-azules el mar, de colores el corazón y de hojas los caminos.
Nos ha vestido cálidos, suavizando las aristas de aquellos susurros de la canícula que repiten que tú no estás, que TÚ has llegado y que vosotros permanecéis.

El nuevo tiempo ha de ser generoso, porque le debo decir que no quiero que nunca nadie, se marche más de mí, que nunca más deseo decir adiós.
Las despedidas son duras, son amargas, las despedidas cuando son para siempre dejan sin lágrimas las manos y sin articulaciones las palabras, dejan los cajones vacíos de risas y los rincones carentes de olores, deja en fin, el eco de la pena anudado en la fragilidad de la cintura.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Silencio


Yo no sueño la vida, yo vivo los sueños y soy un Peter Pan perdido en el universo, que busca desesperadamente la vuelta al País de Nunca Jamás donde todo es posible y nada deja de sorprenderme.

Han tenido que transcurrir días, semanas, quizás mucho más aún, para tener capacidad de leer y escribir, consciente de que ya no serán los mismos ojos los que cada día, en silencio, recorrerán mi alma para luego devolvérmela en cariño, a trocitos y en voz baja.

He esperado que acabaran las tormentas, que pararan los vientos, que huyeran las nubes, que los susurros se trasformaran en canciones y que una lágrima cayera sobre la flor en el camino, perdiéndose en el rocío de la mañana.

Pensé que me había hecho duro y acostumbrado a las despedidas, pero cada una es diferente de las otras y en esas unas y otras, se vuelven desgarros en las entrañas que son irrecuperables.

He peregrinado todas las calles que anduvimos juntos, he regresado a todos los lugares en que vivimos una sonrisa o una palabra. Me he sentado en cada piedra desde la que, amándonos en conversaciones sin fin, mirábamos el mar fuerte y ansioso que espejeaba nuestros anhelos y proyectos.

Necesitábamos vida y la vida nos dio ausencia.

Necesitábamos tiempo y el tiempo estalló en tormenta.

Necesitábamos espacio y nos pusieron cadenas.

Necesitábamos color y nos pintaron el mañana en grises.

Silencio… Necesito silencio.

Sentirme ausente, no participar.

Estar en la reserva.

Que mis palabras no estropeen el aire. No hablar, no sentir, dejarme llevar pasando inadvertido.
Vivir interiormente, sólo hablándole al alma, que ella me escuche, sin ser juez, sin hacer preguntas, sin pedir explicaciones.

Remozarme por dentro en un baño de paz.
Darme tiempo a que el volcán ceje en su erupción, que la lava se apacigüe hasta que no quede sino un manto de piedra al que ya no se pueda lastimar.

Y mientras tanto, no abandonar ni un solo instante la capacidad de seguir vivo.

miércoles, 7 de abril de 2010

Hay veces


Hay veces que el pato nada,
Hay veces que ni agua bebe
Hay veces que la nube llora
Hay veces que se acalora.



Hay veces que te enamoras
Hay veces que amor imploras
Hay veces que tienes hambre
hay veces que de todo comes.

Hay veces que te sientes triste
Hay tristezas que no las sientes
Hay días que tienes grises
Hay momentos que son felices

Hay tiempos que son mejores
Hay días que son los peores
Hay cielos que son azules
Hay ojos que son de cielo

Hay una vida
Hay una suerte.
Hay que vivirla.
Hasta la muerte

Acordémonos siempre
Que una vida tenemos
Y si la perdemos
No la recobraremos.

lunes, 15 de marzo de 2010

Podria Ser


La crisis, implacable, castiga a los que menos responsabilidad tienen en su creación: la gente trabajadora. Hombre y mujeres, que son excluidos del mercado laboral y que luchan cotidianamente por su reincorporación al mismo. La Declaración Universal de los Derechos Humanos dice en su artículo 23:

1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.


A día de hoy es toda una lucha épica de cualquier hombre (bien pudiera ser una mujer) que luchan por algo tan elemental como debiera ser un trabajo que le permita, tal y como reconoce como derecho la Declaración Universal aprobada por la ONU en 1948, una existencia conforme a la dignidad humana.


Hoy la historia de hombres y mujeres que buscan su lugar en el mundo, que reclaman el respeto y reconocimiento de una sociedad que ha de saber ver en ellos el potencial que por su simple condición de seres humanos encierran en su interior. Hombres y mujeres que dejan un trozo de corazón en cada currículum entregado en la búsqueda de una oportunidad. Su búsqueda no ha de ser una súplica, porque su acceso a la vida laboral es el cumplimiento de un derecho del que se es propietario por naturaleza.


El afecto más cercano rescata del desconsuelo a tanta gente que se ve en tan penosa situación. Es en las pequeñas cosas en las que uno encuentra esa poesía que no siempre somos capaces de ver, son los pequeños sueños el andamio sobre el que trepamos para rehabilitar la imagen de lo que podemos ser, para reconstruir la estima que estos días de caos controlado, de expedientes de regulación, de frío y humo tratan de arrebatarnos. La realidad no termina donde lo hace este espejismo cuya fachada se resquebraja. La realidad termina donde lo hacen nuestros sueños.


Somos la brasa que palpita en el rescoldo, que se niega terca a apagarse. Tu canto, tu soplo reanima la llama y nos recuerda lo qué es vivir.

Desde este pequeño rincón, en estos tiempos de oscuras tinieblas y precariedad me gustaría poner un pequeño punto de color y simpatía y pensar en todo lo que me gustaría poder haber sido alguna vez:

Podría ser jardinero en Marte,médico de flores, poeta ambulante,deshollinador volando en tejados,probador de espejos, o pirata honrado.Ser quizá delineante de columpios rojos, un gran nigromante,un cantor de nanas, quizás buhonero,y vender palomas, pócimas y ungüentos.

Podría ser cartero de Neruda,pescador de estrellas, navegando en la luna,piloto de cometas, explorador de abismos,quizá recolector de gotas de rocío.

Quisiera ser un hombre, es poco lo que pido. Quisiera ser hombre al fin al cabo.

15 de Marzo de 2010

viernes, 12 de marzo de 2010

Miguel Delibes


Tras el fallecimiento hoy del escritor académico español Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010) sólo quiero decir gracias por pasajes como el siguiente de su novela Los santos inocentes:

"y, de pronto, sucedió lo imprevisto, y como, si entre el Azarías y la grajilla se hubiera establecido un fluido, el pájaro se encaramó en la flecha de la veleta y comenzó a graznar alborozadamente.

¡quiá, quiá, quiá!

y en la sombra del sauce se hizo un silencio expectante y, de improviso, el pájaro se lanzó hacia delante, picó, y ante la mirada atónita del grupo, describió tres amplios círculos sobre la corralada, ciñéndose a las tapias y, finalmente, se posó sobre el hombro derecho de Azarías y empezó a picotearle insistentemente el cogote blanco como si le despiojara y Azarías sonreía, sin moverse, volviendo ligeramente la cabeza hacia ella y musitando como una plegaria,

milana bonita, milana bonita."

Y tambien gracias por obras como La sombra del ciprés es alargada, El Camino, Las ratas, Cinco horas con Mario y El hereje. Y más de sesenta libros en los que se siente la Vida y la bella vida del lenguaje castellano. Una prosa se ondea entre el habla rural y su sabiduría y las reflexiones que buscan la armonía con la naturaleza. El contraste de lo rural y provinciano con lo urbano, la altivez del segundo frente al primero. Para no seguir, mejor remito al especial que tiene este periódico sobre el ganador de premios como el Cervantes en 1993 y el Príncipe Asturias de las Letras en 1982.

Muchos momentos maravillosos frente a sus libros nos ha dejado Miguel Delibes, palabras, reflexiones y pasajes que ya se han quedado con nosotros como el descrito al comienzo de este post, cuyo final repito:

"y Azarías sonreía, sin moverse, volviendo ligeramente la cabeza hacia ella y musitando como una plegaria,

milana bonita, milana bonita".


Derecho.

Extraido de un foro:

Hola, hace cosa de un mes salí de casa con unos amigos sobre las dos de la mañana, íbamos de juerga y levantando la voz un poco, sobre todo yo, entonces apareció la policía, amigos míos se dieron la vuelta porque es una zona donde hay gente haciendo botellón, por miedo, nosotros íbamos caminando,. ya que lo hicimos en mi casa, uno de los policías se dirigió a mi y me pidió la documentación cosa que me sentó fatal, ya que no había hecho nada y le pedí su nº de placa y me dijo que cuando le diera el DNI y le dije que al contrario, que me facilitara primero su numero, ya vinieron mas policías y les dije lo mismo hasta que perdí la razón me veía totalmente frustrado no había hecho nada me paran habiendo gente corriendo y haciendo botellón y entonces perdí los papeles por completo y empecé a insultarles y ha decirles que les iba meter un puro, todo por los nervios.

Mas tarde aparecieron más policías y actué lo mismo que me facilitaran el nº de placa y todos e negaron, uno de ellos me hecho el humo de un cigarro en la cara, me enfade aun mas y comencé a insultarlos de nuevo y entonces me intentaron ponerme las esposas alo que no me negué pero no me leyeron los derechos que creo que es obligatorio y entonces facilite el DNI pero ellos no me dieron el nº de placa.
Pensé que no me iban a denunciar porque pensaba que si lo hacían tendrían que hacerte firmar la denuncia como cuando es por psicotrópicos y según tengo entendido tendrían que habérmelo dado a firmar, lo que si les oí es que le ponemos y decían unos números que me figure artículos penales o de ellos pero no sabia que hacer.

El jueves recogí la citación para un juicio de faltas y no se que hacer ni que decir, os agradecería que me aconsejarais y si seria conveniente pedir perdón ene le juicio.

Y cuanto tarda en prescribir una falta

Un saludo

Contestación recibida... no tiene desperdicio...

Mire, su actuación fue del todo ilegal y desafortunada, constitutiva de una falta penal contra el orden público y concretamente de esta:
Artículo 634.

Los que faltaren al respeto y consideración debida a la autoridad o sus agentes, o los desobedecieren levemente, cuando ejerzan sus funciones, serán castigados con la pena de multa de diez a sesenta días.

Ya que en su narración reconoce que les insultó y les desobedeció, aparte de contestar a sus preguntas (lo haré al final) permítame que le haga ver los errores en los que incurrió, con el único ánimo de que no vuelva a actuar como lo hizo y no deba por lo tanto afrontar las consecuencias.

Para empezar dice usted que un policía le pidió que se identificase y le sentó fatal porque no había hecho usted nada... este es su primer error, usted mismo reconoce que iba gritando por la calle, señor mío, este es motivo suficiente para que la policía le identifique ya que su conducta podría constituir infracción administrativa. A pesar de ello piense que si bien la policía necesita tener motivos para identificar a alguien, no es el ciudadano quien debe apreciar tales motivos, sino el policía, y por lo tanto nadie puede negarse a ser identificado. En definitiva usted puede no estar de acuerdo, pero debe someterse a ser identificado, y una vez lo haya hecho, si considera que los policías han obrado incorrectamente acuda a sus superiores o a la autoridad judicial y emprenda las acciones que crea oportunas.
Tampoco es motivo para no identificarse el que los agentes no le den el número profesional y entablar por ello una absurda disputa en la que sin duda siempre resultará perjudicado. Respecto de esto le diré que existen otros medios para identificar a los policías, para empezar suele ser visible su número, ya que lo llevan en el pecho, si no es así coja usted el número de matrícula del coche oficial y anote día y hora. En todo caso considero absurda esa obsesión por identificarles, ya que era usted quien estaba infrigingiendo reiteradamente.
Mire usted debe comprender que no se puede debatir con los agentes sobre las normas, simplemente usted está siendo objeto de la aplicación de esas normas, y si no está conforme recurra, pero no ante ellos hombre.
Esta bien que no se negase a ser esposado, ya que al no ser esto voluntario, sino forzoso, habrían tenido que hacerlo, y lo habrían hecho, por la fuerza.

No le leyeron los derechos porque entiendo que finalmente no fue usted detenido porque finalmente se identificó, con lo cual su negativa se agotó en sí misma y optaron por no detenerle. Solo se le leen los derechos a las personas detenidas, y como no lo fue, no se los leyeron.

No le dieron a firmar nada porque le denunciaron por una infracción penal, y en estos casos no tiene usted que firmar nada, en contra de lo que usted "tenía entendido". Permítame que haga una observación en este punto ¿por qué a tanta gente le parece mal que la policía no le de a firmar nada, pero si se lo dan en cambio no firman?, ¿será que les fastidia no tener la oportunidad de negarse a firmar?.
Veo que sí sabe que las denuncias por drogas se ofrecen a las personas para su firma...

Señor, cuando se encuentre usted ante la policía no se conduzca por lo que "tenga entendido" o por lo que "creía", esto le traerá problemas, ya que indudablemente hasta el policía más torpe sabe de leyes más que el común de los mortales. Perdóneme, pero solo discuten con la policía los ignorantes, los que saben no lo hacen.

La actuación policial que narra me parece correctísima en toda su extensión, echarle el humo en la cara, si es que fue intencionadamente, no estuvo bien, pero aún siendo a propósito me parece un muy leve desahogo para alguien que está siendo injuriado. Le puedo asegurar que incluso tuvo usted mucha suerte y se encontró con policías muy comedidos, ya que por lo que cuenta pudo ser perfectamente detenido y pasar la noche en el calabozo.

Cuando justifica su deplorable actuación en que estaba nervioso debería ser más sincero y añadir que además había usted bebido o consumido droga,s o ambas cosas. Hágame caso y deje de hacerlo, eso solo trae problemas, y los que tenga con la policía serán los más pequeños.

Cuando vaya al juicio puede usted negarlo todo o mostrar arrepentimiento, en cualquier caso creo que será justamente condenado. Es cierto que pedir perdón puede beneficiarle, lo mismo que decir que estaba borracho o drogado, en lugar de esconderlo, es una lástima que si lo hace sea solamente por beneficiarse de una atenuante, además de pedir disculpas a los policías debería usted darles las gracias por que esa noche pudo usted dormir en su casa en lugar de en el calabozo.

Las faltas prescriben a los seis meses si no han sido denunciadas, que no es el caso, de modo que olvídese de la prescripción. Las penas prescriben al año, puede intentarlo, pero yo no me arriesgaría.

Haga usted examen de conciencia. No se haga más el listo porque eso suele acabar mal. No insulte usted a la gente sean o no policías, si le "molestan" cuando va gritando tranquilamente por la calle "sin hacer nada", ... y finalmente tengo la esperanza de que si no me hace caso se modere usted cuando tenga más años. Claro que otros le harán el relevo...

Insisto, ha tenido usted suerte, no la tiente más en lo sucesivo, por su propio bien. No pretendo recriminarle nada ni echarle una reprimenda, simplemente le he informado y le he dado algunos consejos, véalo así.

Un saludo y suerte en la vida.

Fuente: www.derecho.com

Un pensamiento en silencio

Sur le fil de Yan Tiersen, esta canción es simplemente mágica.

Te transporta más allá de todo limite imaginable, hacia un mundo paralelo, un universo utópico, donde tus sueños son realidades. Es triste y esta cargada de tanta melancolía, como esos días de invierno, en los que hace demasiado frío para salir, y uno se queda en casa, con una taza de café en la mano, simplemente mirando por la ventana, a los arboles muertos y escuchando la melodía del viento repiqueteando las ventanas. Es como esos días de lluvia que nos agarran desprevenidos mientras vamos caminando por la calle,junto a un rio y nos refugiamos bajo un kiosco. Mientras vemos como las gotas caen sobre el agua y se pierden fundiendose en una sola. O como esos días en que buscando alguna cosa, nos encontramos con un viejo álbum de fotos.

Ese sentimiento, de tristeza por los días pasados y alegría por los momentos vividos, nostalgia... Ese momento en el que nos damos cuenta que el tiempo corre. Y que no somos eternos. Ese momento en que miramos a nuestro alrededor y vemos que todo cambio pero sigue igual. Porque sigue ahí, junto a nosotros.

Ah... Cuantos sentimientos puede despertar una simple canción no es así?

Me pregunto si Tiersen pensó en lo mismo que yo pensé cuando la escuche por vez primera, cuando la compuso...

Aunque no lo creo. La música despierta diversas emociones en los individuos. Además también varia según el estado de animo, o la edad en la que la escuches. Una buena canción es como el Principito.

Lo lees a los 10 años y te significa algo, a los 12 y cambia completamente. Lo redescubres a los 14 y se vuelve pura magia, pero cuando lo vuelves a leer a los 16 descubres que tienes un tesoro entre tus manos.

A mi con las canciones me pasa algo parecido. Aquellas canciones que no importaban a los 10, hoy son las que más me llegan y esas que me llegaban a los 10 hoy se vuelven insulsas. Pero es parte de crecer. Recordar lo bueno y malo de la vida.

Recordar... Recuerdos...

Que seria de un hombre sin sus recuerdos? Que seria de una vida sin un pasado, carecería de presente y no tendría rumbo en un futuro...?

Y si un hombre se queda sin nadie que lo recuerde? Que pasaría con el? Se perdería en el olvido, atrancado en algún cajón? Olvidado en un viejo ático, cual juguete viejo?

Y que tal si somos una especie de juguete...

A veces uno parece como tal. Cierta gente suele comprarnos, jugar hasta el cansancio, aburrirse y dejarnos tirados, pudriendonos en la grama, cubriendonos de polvo y viendo nuestra vida pasar mientras nosotros seguimos ahí. Nuestra alma se atrofia, nuestro corazón apenas late, pero aun siente. Aun siente ese mal uso de la confianza, ese mal uso de nuestro cuerpo, de nuestro amor.

De todo eso que en realidad somos. Nos golpea, fríamente como pared de hielo. Pero no hablo de puños, hablo de palabras, las palabras duelen mucho mas que los golpes, y mas aun fuerte duele la verdad cuando nos creímos una ilusión durante tanto tiempo, tan solo eso. Una ilusión, un falso espejismo, un canto de sirenas permanente.

Y cuando uno pone las cartas sobre la mesa, liga su pasado amargamente, viendo todo eso que pudo ser y no ha sido. Se encierra en su propia sobra, y queda a solas con uno mismo.

11 de Marzo de 2010