sábado, 16 de octubre de 2010

Un dia de octubre


Un día más ?
No, un día de octubre cubierto de azules bajo los destellos del sol que se cuela magnífico, arrojando ocres, rosas y violetas entre las sombras alargadas de las ausencias.
Por las calles se muestran las piedras sedientas de agua, hay hojas caídas que temprano desnudaron el árbol, los frutos aroman ansiosos por llegar a la mesa mientras las fachadas alargan su sombra, ocultando remedos de vida.
En el cielo las nubes se cierran y se abrazan augurando la noche.
A veces es sólo eso, una gota de agua, un reflejo, el hilo de una telaraña, una oruga, todo tan diminuto y tan grande que llena el espacio, una imagen en fin que se instala en la mente y transporta a un viaje inenarrable de proporciones increíbles.
Y sólo lo ves tú, sólo tú puedes percibirlo en toda su grandeza.
Una imagen que encierra un mundo, un instante de eternidad.
El ala transparente de un insecto, una hoja arrastrada por el aire, el brillo del cabello bajo la luz del atardecer, las ondas que hace el agua en la superficie... sólo eso.
Un delicioso día de octubre, del que debo abstraerme para empezar a recuperar el resto de mi vida… y regresar.
Regresar al camino abandonado semanas atrás, regresar a la fuerza de los sentimientos pospuestos por quehaceres farragosos e inevitables que crearon este impas de cansancios, y fragilidad, nunca de sentimientos.
Regresar por fin al color y calor de la vida donde las gentes son reales y la piel reacciona con los ojos, los oídos y las manos, en un cúmulo de éxtasis universal del cual vuelvo a formar parte.
Gracias a ti que me has ido acompañando y sujetando (por aquellas cosas de tu cariño) apareciendo en mi vida con sonrisas, poemas de palabras y ternezas que me han mantenido dentro de los cánones de la humanidad y el amor.
Y gracias a quienes, sabiendo de mí, me habéis mantenido entre vuestras manos fuertes y sensibles, para traerme hasta aquí, punto a partir del que vuelvo a ser real, obstinado, fuerte, egoísta, lleno de dudas, generoso, sereno, altivo, afectuoso y lejano, con todos mis defectos y virtudes.
Un beso desde mi ventana que sigue oliendo a mar.
Un beso desde mi corazón que sigue latiendo también este día, por ti.

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